SAHUMERIO DE PROVENZAL

Quién soy y de dónde vengo...

Nombre: Ruben Carlos Galavotti Roa
Fecha de Nacimiento: 24 de marzo de 1950
Lugar de nacimiento: Cnel. Dorrego
Lugar de residencia: Bahía Blanca
Estado civil: Separado de hecho
Hijos 3: Paola Natalia, David y Pablo Javier
Profesión: Escritor
Trabajo actual: Operador Técnico de Radio
Entrenimientos: Cocinar, andar en bicicleta, acampar, pescar, ver futbol, escribir, hacer huerta, leer, hacer radio (tengo en preparación un programa de música y poesía, llamado "Sobre la vida y otras peripecias" y hace un mes terminamos otro llamado "Rompecabezas" que se emitió durante tres años en FM de la Calle, 88.1 Mhz)


Este es texto que elegí para compartir con todos ustedes, pues creo que representa quién soy y de dónde vengo:

Volvía a casa. El aire estaba fresco pero aún agradable, con esa sensación de frío que nos hace desear estar en casa y sin embargo pedaleando contra la brisa crepuscular, me sentía bien. Había hecho una parada para comprar fruta y al retomar la avenida gocé de esa hora fronteriza en que por unos minutos el cielo se vuelve cobalto intenso, y se siente como estar dentro de una desmesurada botella de algún licor exótico.

Cuando transitaba ese sector aún descampado antes de mi barrio, vi el lucero de la tarde; brillante, nítido contra el azul vehemente de la bóveda sideral. Y pensé una frase, una definición, una metáfora descriptiva. Me pareció buenísima, original y altamente fantasiosa. Una oleada de vanidad me inundó. Pero de pronto me pregunté: "¿Realmente soy yo quién la pensó?" Y paré en reflexionar en todos esos seres que me habitan luego de haber sido parte de mi vida.

Por aquello que creo y sostengo: somos lo que nuestra memoria acumula. Es como si el mar sintiera soberbia por serlo e ignorara la afluencia incesante de los torrentes. Pensé en las circunstancias familiares, que me hicieron un niño solitario y reflexivo, más allá de lo que la edad indicaba que podría ser. Y aquella triste conclusión a la que arribamos, charlando con una amiga: "Si mi madre me hubiera cuidado el alma como cuidó mi cuerpo, no hubiese sido poeta".

Pensé en mi abuela y su conmovedora historia y aquellas hermosas vacaciones con ella en Cañuelas, de dos meses de jubilosa libertad. Pensé en don Monasterolo y sus mágicas y tenebrosas historias de aparecidos en las noches de La Aurora.

Pensé en la joven maestra, en ese mismo lugar -mi lugar en el mundo- cuando estando yo engripado me acercó aquellos libros con leyendas guaraníes, a partir de los cuales me convertí en lector insaciable.

En el "loco" Rubén y su delirante humor. En mis tíos Cándido y Titina, que con su radio, encendieron por primera vez una nueva luz de fantasía. En Pocha, que con su piano le puso música a mi primera canción. En el "Facha", el linyera que vivía a orillas del Napostá y sus delirios alcohólicos. En la poetisa Ñusta de Piorno, que me entregó mi primer premio en los Juegos Florales de mi pueblo. En el compañero Armando, que dijo uno de los primeros y más extraños elogios a mi condición de poeta: "El que te compre por la cara se va a llevar un chasco".

Pensé, pensé y mi imaginación se llenó de rostros, de momentos, de voces...

Y al llegar a casa, volví a repetir mentalmente esa metáfora descriptiva: "El lucero brilla como si dios y el diablo se hubieran jugado todo a cara o cruz y la moneda estuviera todavía allí, detenida, brillando eternamente".

Y la pregunta que aún sigue como un eco...

¿SOY YO QUIÉN REALMENTE PIENSA?

L. 18.08.08 / 21.36´


"SAHUMERIO DE PROVENZAL"

Ir Arriba